viernes, 24 de enero de 2014

Ritmo lento

Quienes más y mejor me conocen de sobra saben los motivos.
Llevo enamorada desde los catorce años de ella.
Le concedí casi  más tiempo que al resto de mis parejas.
Saboreé sus palabras como si fueran las primeras que me llegaban,
como un nuevo padrenuestro, como si realmente fueran las últimas.
Cuando un verano de tormentas llegaron éstas,
lloré su futura ausencia como si de una de mis tías se tratara.

Y sucede que llevo un tiempo entre el pasado y el presente,
rescatando recuerdos de cajas y carpetas olvidadas,
desempolvando risas enlatadas en un vídeo casero,
planchando vestidos de comunión acartonados.
La crisis de los treinta me llega con tres años de retraso,
pero llega para recordarme algo que había olvidado
bajo las cintas de Michael Jackson y de música clásica.

" Vivir es no tener prisa, contemplar las cosas,
prestar oído a los demás, sentir curiosidad y compasión, 
no decir mentiras, ni dejar que nos engañen.
Y no decir nunca, ni que sí, ni que no,
sin haber contado antes hasta cien."

Miss Lunatic en Caperucita en Manhattan 
de Carmen Martín Gaite, de quien sigo "enamorada".


No tengo ninguna prisa por encontrarte,
ya lo hice hace tiempo.


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