A la pequeña Amelie le privan los bombones
pero ya no puede devorarlos
como lo hacía hace un año.
Aún así, se salta las reglas y cae en la tentación
de vez en cuando.
Después, el insomnio golpea su puerta y entra con violencia.
No logra concentrarse, el viento entra dentro.
Inconexa recuerda canciones de tristes letras
o películas con momentos inolvidables
como la de "Stockholm" y la persecución.
Ella quiere una escena como esa de ascensor
con música de cámara
y azoteas al día siguiente
pero sin dolor.
Hoy no, no cree en los milagros.
Pero solo hoy,
mañana volverá a tener fé.
" y la vida siguió
como siguen las cosas
que no tienen mucho sentido "
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